APOSTOLADO LAICAL

REFLEXIONES DE UN VIEJO SOBRE EL APOSTOLADO LAICAL


Durante mi niñez recibí catequesis de parte de un cura de pueblo, y como entonces se llevaba aprender el catecismo de memoria , eso es lo que me enseñaron, y no me quejo de ello. La niñez es la edad en que admitimos como bueno y verdadero, sin previo examen, lo que dicen los mayores.
Mas tarde, en la década de los cincuenta, era yo quien enseñaba catecismo a los más pequeños, y el evangelio a los jóvenes en Acción Católica. Lógicamente transmitía lo que yo había recibido, una fe infantil, nada pensada y nada argumentada. Después ingresé en las filas del Movimiento Familiar Cristiano, y entre los matrimonios cristianos que nos juntábamos intentábamos hacer apostolado diciendo siempre lo mismo que habíamos aprendido en la niñez y en la juventud.
Hoy, ya viejo, formo parte de un movimiento de apostolado de mayores para mayores, y seguimos predicando y practicando la misma fe infantil que aprendimos en la niñez, y que practicamos en la juventud y en la adulted, y queremos transmitirla como nos la transmitieron a nosotros hace 60 años.
Si apostolado es, como yo lo entiendo, una invitación que hacemos a otros a aceptar la doctrina de Cristo como verdadera, lo principal del apostolado será explicar al otro cual es esa doctrina y por qué creemos que es verdadera. Entiendo que esto es lo que hicieron Cristo y los apóstoles. Explicaban su doctrina dando razones o motivos convincentes por los cuales decían que era verdadera. Las razones que Cristo aducía eran que Él era Hijo de Dios, e intentaba demostrarlo con hechos. Las razones de los apóstoles eran que ellos habían recibido esas enseñazas del mismo Cristo, y que ese Cristo era Dios, porque ellos habían visto que en esta vida se comportaba como un Dios y no como un simple hombre, y que después de morir en la cruz lo habían visto resucitado y habían hablado con Él, demostrando con esto:
a) que su doctrina es verdadera;
b) que hay otra vida después de la muerte, y
c) que esa vida después de la muerte es diferente a esta, ya que Él después de haber muerto tenía una naturaleza diferente a la que tenía antes de morir.
Cristo y los apóstoles convencían porque daban motivos o razones por las cuales resultaba lógico creer lo que decían. Este, entiendo yo, que es el verdadero apostolado: Explicar qué es lo que creemos y por qué creemos y hacemos lo que creemos y hacemos.
¿Es este el apostolado que hemos estado haciendo los laicos católicos? Sinceramente no lo se ni tengo capacidad para juzgar que es lo que hacen los demás. Somos muchos los que estamos metidos en estas guerras, y me imagino que habrá de todo, pero por lo que a mi respecta, y por lo que podido observar en muchos que están a mi alrededor, creo que no hemos ido en esa línea. Mas bien nos hemos limitado a intentar promocionar sentimientos de humanitarismo, a dar ejemplo de buenas personas, a promocionar eso que nosotros llamamos amor al prójimo, y que los ateos llaman, compartir, solidaridad y honestidad, valores de los que muchas veces dan ellos mejor ejemplo que nosotros. Creo que en nuestro apostolado hemos estado confundiendo ser buena persona con ser buen cristiano, y nos hemos conformado con hacer una sociedad de buenas personas en vez de intentar hacer buenos cristianos. Para ser buen cristiano se necesita un Dios, para ser buena persona no, y eso es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, que se esta desterrando a Dios porque para ser buenos ya no nos hace falta, ni a los ateos ni a los creyentes, a menos que lo necesitemos para pedirle ayuda en casos de dificultad. Jehercri